Esta historia es un PLATO

Había una vez una alacena muy muy lejana en la casa de la familia Hernández Contoni, en esta alacena vivía Humbertito, un plato muy especial, un plato que le encantaba hablar, él comenzaba una historia y se explayaba por horas contándola.

Humberto se jactaba de que él había sido el Plato en el que comió Laura Hernández Contoni la primera vez que Roberto Hernández Contoni la invitó a cenar a su Departamento. "Núnca olvidaré ese fabuloso lomo al champignon con una guarnición de un arroz exquisito, traído de la India." comentaba y fanfarroneaba...
El resto de los platos de la alacena, que preferían el silencio de la pila, querían descansar uno encima de otro, charlar con algún platito o algún vaso de los que compartían puerta. Pero Humberto siempre estaba hablando, siempre se extendía en sus relatos y esto caía mal en el resto de la cocina.
"Un día caí al suelo, reboté en la cabeza del perro y rodé por toda la cocina para terminar junto al tacho de basura. Y sólo me hice este raspón, no me rompí... Soy el plato más fuerte que jamás hayan visto. y por supuesto que no hubo ni una cena, ni un almuerzo en el que no estuve en la mesa compartiendo con la Familia" y continuaba explayándose "le contuve la comida a Agustín, a Florencia y a Pedrito, hasta un día serví el asado de un domingo... ".
Así se paso los días Humberto, contando historias sin escuchar, hablando sin prestarle atención a las malas caras de los demás platos.
Entonces, una noche sin luna, los otros platos ya habían consensuado con los repasadores y las compoteras. Toda la vajilla estaba complotada para hacer callar a Humberto.
Lo rodearon, lo amordazaron y lo hundieron, lo callaron... lo dejaron mudo y lo cambiaron de alacena... lo mandaron con los platos hondos; que vea la luz solo los días invernales de sopa... y así fue como Humbertito nunca más se pudo explayar.

Este es Humbertito PLATO HONDO... EX - PLAYO